jueves, 30 de diciembre de 2004

¿FELIZ 2004?

Por el culo te la hinco. Alguien debía estar deseando fervientemente esto hace un año, porque se ha cumplido con adelanto. Y es que 2004, así a escala cósmica, ha sido un año francamente cutre:

En Irak continúa una postguerra con más muertos por día que en la mayoría de guerras "en activo". Palestina sigue convertida en un vórtice de odio, un sumidero de terrorismo reivindicativo por un lado, terrorismo de estado por otro y desesperación por ambos. En el Congo, mientras tanto, continúa la sangría humana de la que ni el poder ni los medios occidentales quieren que hablemos: 5.000.000 de muertos y contando. En marzo, a sólo unos días de las elecciones, nos desayunábamos con el mayor atentado terrorista de la historia europea; se cumplía así, con tintes de broma macabra, el sueño de Aznar de "volver a poner a España en la Historia". En noviembre renovó su mandato George Bush -y quien crea que esta catástrofe no es equiparable a las otras, que venga en 2008 y lo vea-. Y en diciembre un maremoto de proporciones bíblicas ha asolado una buena porción del planeta. Habrá quien añada: "Y encima, el Real Madrid va fatal...". Y es que al otear la vida siempre, siempre, cogemos los prismáticos del revés. Semos asín.

Hoy tengo una especie de cuervo negro posado sobre el respaldo de mi sillón, qué le vamos a hacer.

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