Pequeños morbos cotidianos
Como Javi ya sabe, la semana pasada estuve más inactivo en el weblog porque me quitaron un quiste de grasa de la ingle del tamaño del Capitolio de Washington. Resultado: del martes al domingo en casa sin poderme sentar con normalidad. De hecho sigo sin sentarme con normalidad, aunque desde ayer me he reincorporado al trabajo.
Hecha esta introducción, y como si de una peli de Tarantino se tratara, paso a otra escena sin conexión aparente: ayer aproveché la oferta de Vodafone para pasarme a contrato, lo cual entre otras cosas me tendrá menos pendiente del cajero para las recargas y hará que me salgan más baratas las llamadas. Con dicha oferta te podías pillar el móvil del anuncio de Vodafone éste que hay ahora (en el que un chico sale corriendo al lado del tren para seguir hablando con su chica). Y me lo pillé. Éste es el putamadre-móvil que tengo ahora.
Efectivamente, tiene camarita incorporada. ¿Y cómo estrené la cámara? Aquí es donde volvemos a la narración inicial: cuando Marga me curaba, le pedí que me hiciera una foto de la costura de la ingle para poder verla completa.
Y esa es la primera foto que tengo realizada con la cámara de mi móvil: un primerísimo plano de una herida de 7 puntos de sutura a medio curar.
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