Paris, uh, la, la.
Paris es como el viejo chiste ese de "Paco... he conocido a una tía... qué pedazo de mujer. Tiene unas piernas... Y unas tetas... Y un culo..." Ante tanto entusiasmo de su amigo, Paco pregunta: "¿Y de cara?"... A lo que le responde: "Joder, de cara carísima".
Tiene unas calles, y unos jardines, y unos edificios. Y unos MUSEOS. Pero de cara, carísima.
Vayamos al vicio: no busqué ninguna tienda de tebeos. Llevábamos una agenda lo suficientemente apretada como para no poder pensar en meterme a babear en alguna de las impresionantes librerías que debe haber. Eso sí, encontré una de casualidad, al lado del Panteón, y eché un vistazo. Era casi todo material de importación USA, lo cual me decepcionó bastante. Como nota curiosa, se llamaba Arkham (otra vez sopa, como diría Mafalda) y el del mostrador era idéntico al de la tienda de tebeos de Los Simpsons, y al de muchas otras tiendas, vasmos... (¿acaso hacen castings para ser vendedores de tebeos?).
Por otro lado, la presencia de cómics en la vida de los franceses no me pareció tan idílica como tenía entendido. No vi a nadie leer un tebeo en el metro ni en la calle, ni esa presencia en supermercados y kioskos tan preferencial. De hecho, en el sitio que más tebeos vi, obviando Arkham claro, fue en la librería del aeropuerto.
(Nota al hilo: ayer pasé por la Biblioteca Regional a devolver precisamente unas guías de París y la Comicteca estaba a reventar. Y me dio mucho gusto).
En los cines ya estaba Hellboy. Debía estar tiempo, porque la quitaron de cartelera a mitad de semana. También estaba estrenada la de Garfield, que creo que se estrena aquí hoy precisamente.
Por el Canal+ franchute estaban pasando Les Triplettes de Belleville, una película de animación que tiene una pinta estupenda tanto en el apartado gráfico como de guión. Y si no leed el comentario que han dejado en el imdb.
Y se acabó el ladrillo...
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