LA MUERTE DE SUPERMAN

Ayer 10 de octubre falleció el, hasta la fecha, único e inimitable Superman en nuestra memoria: Christopher Reeve. Fue algo después de las cinco de la tarde en Nueva York; a las once y media de la noche de España, por tanto.

Curiosidades: unas horas antes, a las cinco de la tarde "nuestras", yo dormitaba en mi sofá ante la archirequetevista Superman II que estaban emitiendo en Canal Hollywood.

Una vez más, la vida imita al arte. O la historia a la mitología... dada nuestra afición por reconducir la realidad a metáfora, no es difícil encontrar similitudes entre el "castigo" divino acontecido al actor y el recibido por Ícaro o Prometeo. Este último, por entregarnos el fuego. En el caso de Reeve, por hacernos creer que un hombre puede volar (célebre frase promocional del filme).

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