jueves, 17 de noviembre de 2005

Bienvenida al Planeta Tierra

El martes 15, casi a regañadientes porque prisa tenía poca, nació Sara, la hija de Mariángeles y Javim. Con su cerebro recién formateado, ahora mismo es la máxima expresión de la potencialidad del ser humano: todas las oportunidades del mundo le aguardan en su futuro.
Por aquello de la gran cercanía afectiva –e incluso física, que son nuestros vecinos- con los padres yo me siento un tanto sensible y tontorrón, es una sensación extraña... ahora entiendo lo que sienten los aficionados al fútbol cuando golea su equipo: no has tenido nada que ver, pero asumes la victoria como propia.
Y qué quieres que te diga... me hace gracia pensar que la vamos a ver y acompañar en muchos grandes momentos de su vida, sean estos cotidianos o trascendentales. Son las ventajas de haber llegado antes.
Nos hacemos mayores, supongo, y de pronto, como al Dr. Spock, nos sale una Nueva Generación.

Pues lo dicho: bienvenida. Me gustaría decir más, pero no sé seguir sin caer en la cursilería o en la obviedad.

¡Oye! Ni quince días has tardado en dejar a la infantita nueva en el más humillante de los olvidos.

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