El día después de la lluvia
El titular del día después de la lluvia siempre es el mismo: un mínimo respiro para los cultivos, aunque los pantanos ni se han inmutado. Y la pregunta obvia es, vamos a ver… ¿Qué tonto del nabo puso los pantanos ahí? Porque yo, sin tanta ingeniería, tanto canal y tanto camino, sería capaz de colocar los pantanos en sitios más óptimos para la recogida del agua caída. Un ejemplo claro: un pantano en cada parada de autobús urbano. Si se aprovecharan esas inmensas charqueras, que te obligan a ponerte el traje de neopreno para subir o bajar del bus, tendríamos agua para consumo humano, para consumo divino y hasta para montar un campo de golf en el paisaje lunar de la Cresta del Gallo.
No sé yo qué hago aquí, totalmente desaprovechao, cuando debería estar dirigiendo la política hídrica de este país. Por lo menos.
2 comentarios:
Hawhawhawhaw!! que leches! javim for president!
yo también lo votaría
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